¿Cuántos años vive una iguana?

Cuanto vive una iguana

La iguana es un gran reptil de América Central y Sudamérica. Se encuentra desde México hasta el norte de Argentina, sur de Brasil y Paraguay, así como en las Islas del Caribe y en Florida. Suelen tener una longitud de unos 2 metros de cabeza a cola y pueden llegar a pesar hasta 10 kg. Recientes descubrimientos han demostrado que las iguanas, así como otras especies que se tienen como mascotas, son en realidad venenosas. Sin embargo, no producen cantidades suficientes de veneno para ser nocivas para el ser humano. Algunas iguanas verdes tienen pequeños cuernos en el hocico entre los ojos y los orificios nasales. Los naturalistas llegaron a separar en diferente subespecies a las iguanas con cuernos de las que no lo tienen pero, hoy en día, esta clasificación se considera inexacta.

Esperanza de vida de una iguana

La esperanza de vida de las iguanas varía en función del hábitat en el que se encuentren, la alimentación, el clima, el tamaño, la especie, etc. Por lo general, las iguanas suelen vivir de media entre 10 y 20 años, aunque se han registrado casos de iguanas que han superado los 20 años de vida. Es posible determinar el género de las iguanas examinando la parte central de sus patas traseras. Las iguanas macho desarrollan muchos poros femorales en esta parte de su cuerpo que segregan esencias. Además, los machos normalmente están cubiertos de una sustancia cerosa. Las escamas espinales situadas a lo largo de la espalda de las iguanas macho son notablemente más largas y anchas que las de las hembras. Los ejemplares más jóvenes son prácticamente imposible de sexar.

Las iguanas son animales diurnos y estrictamente herbívoros, alimentándose de hojas, flores, brotes y frutas. Se las encuentra viviendo en los árboles cerca del agua, en la que se tiran si se sienten amenazadas. Son ágiles escaladoras y veloces corredoras a pesar de su apariencia torpe y pueden caer desde 12 metros sin herirse mortalmente, ya que utilizan las uñas de sus patas para engancharse a hojas y ramas con el objetivo de amortiguar la caída.

Cuando un depredador las amenaza, las iguanas intentan huir, y si están cerca del agua, se tiran y se alejan nadando. En cambio, si son arrinconadas por un depredador, despliegan la papada de abajo del cuello, tensan e hinchan el cuerpo y balancean la cabeza hacia el agresor. También emplean los balanceos de cabeza y el despliegue de la papada en diversas formas de interacción social, como por ejemplo, para saludar otras iguanas o para festejar una posible relación sexual. El tipo, la frecuencia, y la cantidad de balanceos de la cabeza tiene significados específicos.

¿Alguna vez te has preguntado…?