Los gatos domésticos son animales mamíferos que pesan unos 5 kilos al alcanzar la edad adulta. Por lo general, los machos son más grandes y pesan más que las hembras. Existen decenas de razas de gato: de pelo largo, de pelo corto, más grandes, más pequeños, con cola corta, sin cola, etc. Los gatos, al igual que los leones o los linces, son carnívoros y están estrechamente emparentados con el gato montés, también denominado gato salvaje. De hecho pertenecen al mismo género y a la misma especie.
Esperanza de vida de un gato
La esperanza de vida de los gatos domésticos varía en función de la raza, el tamaño y muchas condiciones externas como el ambiente o el clima. Los gatos domésticos bien cuidados y con todas las vacunas al día pueden vivir entre unos 10 y 15 años. En cambio, los gatos callejeros tienen una esperanza de vida mucho más reducida, ya que no están vacunados. Éstos últimos a penas llegan a alcanzar los 7 años de vida. La principal causa de muerte de los gatos callejeros es el virus de la inmunodeficiencia (FIV).
El gato convive con el ser humano desde hace más de 5000 años. Cuando Egipto se encontraba en plena etapa de crecimiento, las ratas se convirtieron en un enorme problema, ya que se comían el trigo de los almacenes y dejaban a las familias sin víveres. Esto provocó que los egipcios emplearan a los gatos como sus aliados en la lucha contra las plagas de ratas y ratones. De ahí que en Egipto se llegaran a considerar a estos animales como semidioses o animales semidivinos.
Algunos ejemplares de gatos domésticos que se encuentren bien alimentados, pueden llegar a cazar aves, ratones o lagartos para mostrárselo a sus dueños como trofeo de caza. Se cree que los gatos realizan esta acción con el objetivo de ser elogiados por su contribución simbólica al grupo.