Los tiburones tienen hábitos de apareamiento que aún no están del todo claros para la ciencia, pues en varias especies tiene lugar la unión sexual en las profundidades de los océanos, no siempre a la vista de los investigadores.
En cautiverio, estos peces pocas veces llegan a reproducirse como lo hacen en el medio natural.
Formas de apareamiento en los tiburones
No en todas las especies de tiburones las reglas de cortejo son iguales. Sin embargo, en líneas generales, cuando las hembras de tiburón entran en la etapa de madurez sexual, producen feromonas o sustancias hormonales que resultan muy atractivas para los machos. Estas feromonas o sustancias químicas flotan en el mar y son diferentes entre especies.
Cuando los machos atienden el mensaje hormonal, nadan en círculo una y otra vez alrededor de la hembra. Si hay varios pretendientes, puede decidirse quién se apareará con la hembra después de definirse quién es el más fuerte. Después de la pelea, el macho más fuerte mordisquea a la hembra para indicarle que está listo para aparearse. Estos mordiscos no son peligrosos, pues la piel es lo suficientemente gruesa para que implique un riesgo.
Los machos no tienen penes, sino que cuentan con dos abrazaderas (clásper) a ambos lados del cuerpo, por los cuales introduce el esperma. Al quedar embarazada, las hembras buscan dónde dar a luz a sus crías, o algún lugar en el que depositar sus huevos.
Tras el nacimiento de los tiburones, los pequeños recién nacidos muestran su instinto depredador. No necesitan a su madre y cuentan con todo lo necesario para defenderse y conseguir alimento.
Tipos de reproducción en los tiburones
Como la mayoría de los peces, los tiburones tienen una reproducción ovovivípara (ovoviviparidad), por lo que los huevos se mantienen dentro de la hembra hasta que eclosionan y se alimentan de la yema del huevo y de algunos fluidos que produce la madre.
En algunas especies de tiburones, las crías nacen vivas (viviparidad), por lo que no vienen a través de huevos. A estos pequeños tiburones se les llama cachorros y, después del parto, nacen perfectamente adaptados para sobrevivir sin necesidad de su madre, que se desentiende completamente de ellos.
También hay otra manera en la que nacen los tiburones de ciertas especies: por oviparidad. La hembra deja los sacos con huevos en zonas ocultas, fuera del alcance de los depredadores. En estos sacos pueden existir hasta 100 huevos.
Se ha documentado el canibalismo o zoofagia entre tiburones que han salido de los huevos y se comen a los que aún están en formación.
En cautiverio, algunas hembras de tiburones han conseguido reproducirse asexualmente, es decir, sin necesidad de un macho. Al parecer, ante la falta de una pareja que las fertilice, las hembras han desarrollado mecanismos para garantizar la supervivencia en condiciones extremas, lo que da una idea del fuerte instinto de estos peces.