¿Cómo respiran las ballenas?

Las ballenas son mamíferos marinos que no respiran dentro del agua, sino que tienen que salir cada cierto tiempo a la superficie para tomar aire.

Al igual que los mamíferos terrestres, las ballenas poseen tráquea, pulmones, bronquios y otros, pero su sistema respiratorio es mucho más especializado, pues deben soportar largos períodos sin tomar oxígeno y altas presiones por las inmersiones. 

Sistema respiratorio de la ballena

Como todos los cetáceos, las ballenas disponen de uno o dos orificios en la parte superior de la cabeza, denominados espiráculos, que se abren apenas el animal sale a la superficie y se vuelven a cerrar al sumergirse. Esto ocurre de manera automática.

Los espiráculos funcionan como orificios nasales, pero en la espalda de la ballena. Actúan como un músculo que se abre para que entre el aire y también para que el cetáceo expulse agua, aire, vapor, junto con dióxido de carbono y nitrógeno, que es lo que sale cuando está exhalando. Cuando inhala, puede entrar hasta el 85% de la capacidad de aire que pueden almacenar sus pulmones.

Una vez que penetra el aire por el espiráculo, la corriente de oxígeno llega a la tráquea, como en la mayoría de los mamíferos. De allí pasa a los pulmones, donde el oxígeno permea hacia el torrente sanguíneo y se libera el dióxido de carbono resultante del intercambio de gases.

Si la ballena abre la boca en el agua, justo cuando está respirando por el orificio, no hay problema, ya que la tráquea no conduce a la garganta.

Un detalle curioso del espiráculo es que este órgano tiene terminaciones nerviosas que reaccionan apenas sienten que no hay agua a su alrededor. Otro dato interesante es que hay especies, como las ballenas dentadas, que cuentan con un  espiráculo, mientras que las ballenas barbadas disponen de dos orificios.

Hasta 2 horas bajo el agua

Los pulmones de las ballenas son realmente muy resistentes, y deben serlo por una razón extrema. Al tener estos órganos fuertes, los cetáceos pueden mantener la respiración debajo del agua desde varios minutos hasta 1 o 2 horas, dependiendo de la especie.

El cachalote, por ejemplo, puede aguantar hasta 2 horas sin necesidad de salir a la superficie a respirar.

Para soportar las altas presiones cada vez que se sumergen, los cetáceos cuentan con órganos que son capaces de traspasar el nitrógeno de la sangre hacia los pulmones, de este modo no se producen daños en el animal. Como se sumergen a poca profundidad, si descienden más metros de los que sus organismos pueden tolerar, la presión puede afectar a sus pulmones y hacerlos colapsar.

Las ballenas y los delfines tienen un sistema de respiración consciente. Esto les permite dormir de forma liviana, sin entrar en fases de sueño profundo, para así salir a tomar aire cada 15 minutos o más, para no ahogarse.