Las abejas son insectos voladores que respiran a través de la tráquea y no por medio de pulmones.
La entrada del oxígeno circula por la tráquea y de ahí la oxigenación permea directamente a todos los órganos y células del organismo, como si se tratara de las ramas de un árbol o las venas de una hoja. Es un tipo de respiración aeróbica.
El sistema respiratorio de las abejas está formado por espiráculos o estigmas, tráqueas, sacos traqueales (o aéreos) y traqueolas. No cuentan con órganos capaces de hacer el intercambio gaseoso, como ocurre con los mamíferos y el mismo hombre, sino que lo realizan a nivel de las traqueolas.
Partes del sistema respiratorio de las abejas
Cuando la abeja requiere oxígeno, el aire entra a través de los estigmas. De allí, el oxígeno pasa a la hemolinfa (sangre) y a los tejidos de su organismo. Al llegar a las tráqueas, el aire va a las traqueolas, luego a la sangre y después al resto de los tejidos.
Los estigmas son unas aberturas que permiten que el aire entre y salga del insecto. Cuando están en etapa de larva o ya son adultas, las abejas disponen de 10 pares de estigmas que se abren de acuerdo con las bajas concentraciones de oxígeno y los altos niveles de dióxido de carbono.
En el caso de las abejas adultas, los espiráculos están protegidos por una especie de vello, para evitar que adquieran enfermedades, cuestión que no ocurre con las larvas de abejas, que son más susceptibles a enfermar.
Por su parte, las tráqueas son tubos que unen los estigmas con los sacos traqueales. Las tráqueas principales están a ambos lados del cuerpo, tanto en el tórax como en el abdomen, entre las arcadas dorsal y ventral, que están unidas a su vez por la pleura, una membrana flexible. Las tráqueas producen un engrosamiento de los lados del abdomen.
Los sacos traqueales o aéreos cumplen la función de facilitar la ventilación mediante un proceso de contracción y ensanchamiento alternado, que también intervienen en el mecanismo de vuelo.
Por último, están las traqueolas, que son el vínculo entre las tráqueas y los tejidos y órganos de las abejas.
Distribución del aparato respiratorio
Para que el aire llegue a los tejidos, se utilizan los conductos capilares, que tienen forma de ramas y llevan el oxígeno directamente a las células del insecto.
Los insectos como las abejas y otras especies diferentes, como las arañas y los ciempiés, utilizan este tipo de respiración traqueal, siendo opuesta a la forma de respirar de los vertebrados. Dirigen el aire hacia la sangre o hemolinfa, que no es roja, pues se trata de un líquido de color amarillento.
Las abejas son parientes de las hormigas y avispas, y su presencia es clave para que las plantas sean polinizadas, florezcan y se expandan, por lo que sin ellas el hombre y los animales no podrían tener suficiente alimento para sobrevivir.