Los animales sin huesos se denominan invertebrados porque no tienen columna vertebral, ni tampoco un esqueleto articulado. Algunos cuentan con esqueleto de cartílagos, que puede confundirse en algunas especies con estructuras óseas, pero en realidad no se trata de huesos.
Se estima que entre el 90% y 95% de los animales registrados por la ciencia no tienen huesos. Son claves para el mantenimiento de la cadena alimenticia y el equilibrio ecológico.
Los invertebrados pueden encontrarse en gran cantidad de clasificaciones y grupos, aunque la más sencilla de entender es aquella que los divide en dos tipos: con protección corporal y sin protección corporal.
Invertebrados con protección corporal
Estos invertebrados poseen un exoesqueleto o armazón que crece fuera del cuerpo, lo recubre o protege. Se trata de un tejido orgánico duro que se forma a partir de diferentes sustancias, recibiendo también el nombre de dermatoesqueleto.
Los invertebrados con exoesqueleto están divididos en artrópodos, equinodermos y moluscos. Todos disponen de extremidades articuladas y secciones en el cuerpo.
Los artrópodos son los más extendidos en la tierra, el agua y el aire. Entre los artrópodos hay:
- Insectos: Con tres pares de patas, antenas, cabeza, tórax y abdomen. Son los más extendidos. Forman parte de este grupo: cucarachas, hormigas, moscas, zancudos, mariposas, abejas, avispas, coquitos.
- Arácnidos: Lo que los caracteriza es que sus cuerpos tienen dos partes, con patas (cuatro pares) y no poseen antenas. Parte de este grupo son las arañas, garrapatas, piojos, escorpiones y pulgas.
- Crustáceos: Tienen entre 5 y 10 pares de patas. En su parte delantera, las patas presentan forma de pinza. Poseen antenas. Camarones, cangrejos y langostas son los más representativos.
- Miriápodos: Tienen antenas y mandíbulas. Su cuerpo es largo y dividido en partes muy bien diferenciadas. Los ciempiés, milpiés y escolopendras forman parte de este grupo.
Entre los moluscos se encuentran las ostras, almejas y mejillones (bivalvos), pulpos y calamares (cefalópodos), caracoles terrestres, marinos y babosas (gasterópodos). Todos cuentan con una concha que protege sus cuerpos blandos.
El último grupo de invertebrados con exoesqueleto es el de los equinodermos. Los erizos, caballitos y estrellas de mar forman parte de ellos. Viven en el mar y lo más llamativo es la simetría radial de sus cuerpos.
Invertebrados sin protección corporal
Como poseen cuerpos blandos, suelen ser más susceptibles de ser comidos rápidamente por los depredadores. Entre ellos están los gusanos y poríferos.
Los gusanos se arrastran con ayuda de sus cuerpos muy alargados. Hay varios tipos de gusanos: anélidos (tienen anillos, como las lombrices de tierra); platelmintos (son aplanados, son los parásitos); celentéreos (los hay fijos como los corales y anémonas, y en movimiento como las medusas); y nematodos (son gusanos redondos como el oxiuro). Las medusas son las más impactantes de este grupo, pues tienen más de 500 millones de años de presencia en el planeta.
Dentro de los poríferos están las esponjas. Se caracterizan porque se fijan a las rocas marinas y crecen en abundancia, alimentándose de lo que pueden filtrar del agua.